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Kenny viajando por el Sudeste Asiático – Capítulo 2

ACTUALIZADO 10 enero 2013 / Artículo por Bernardo Carignano

ACTUALIZADO 10 enero 2013 / Artículo por Bernardo Carignano

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Y seguimos ahora con la segunda parte de el viaje de Kenny, por el Sudeste Asiático. También puedes encontrar mas historias y anecdotas de viajeros, que nos compartieron la suya con todos nosotros. O si te interesa, también puedes mirar la guía de viaje completa sobre el sudeste asiático.

Índice – Viajes de Kenny

Capítulo 1
Capítulo 2 ( este artículo )
Capítulo 3

Kenny viajando por el Sudeste Asiático – Capítulo 2

Su stey ( “Hola” en camboyano )

Como va todo por allá? Como siempre, esperando que todo de maravillas!

Bueno, para continuar con mi relato de experiencia de viaje, comento que luego del espiritual y místico segundo encuentro con el Norte de Tailandia, mi viaje siguió por tierras camboyanas.

Si bien, fue un largo viaje desde Chiang Rai, Tailandia a Siem Reap, Camboya. Aunque sea difícil de creer, el viajar y recorrer estos hermosos lugares es bastante agotador! Para tener una idea, desde la ciudad del White Temple (Chiang Rai) al imponente Angkor Wat (Siem Reap), fueron cerca de 27 hrs, y no de amor como la Teletón (programa anual de TV Chilena, con el objetivo de recaudar fondos para personas discapacitadas), sino que de buses y tuk-tuks (taxi-moto-carroza).

Desde el comienzo, fue una constante aventura y pelea al buscar taxi desde el hostel en Chiang Rai al terminal de buses, alrededor de 8 km de distancia, donde los taxistas insisten en no utilizar el taxímetro (Taxi meter), para poder ‘hacer un precio’ y cobrar mas del doble del valor real. En fin, luego de buscar y buscar, se nos acercó un tuk-tuk y nos ofreció un precio el triple del real, pero con cara de buen chileno y con poder de convencimiento, además de mostrar el dinero en mano, logramos imponer nuestro precio y llegar a esperar la partida del Bus.

Siendo las 19:00 hrs, comienza nuestro inicialmente cómodo bus con aire acondicionado (AC), asientos reclinables y un supuesto viaje de 8 horas hacia la capital de Tailandia, Bangkok. Pero para ‘grata’ sorpresa, el ya no tan amigable bus, comenzó a detenerse en cada ciudad por la que pasábamos, antes de llegar a destino, por lo que las 8 hrs de placentero viaje, se transformaron en 13 interminables horas sentado en casi 90 grados.

Sin embargo, al fin se llegó al primer destino, terminal de buses de Bangkok, conexión directa al infierno! Luego de llegar cerca de las 08:00 am, compramos pasajes hacia Poi Pet, la ciudad borde de Tailandia y Camboya, eran 4 hrs de viaje, junto a la ‘melódica’ música tailandesa.

En la frontera, es inimaginable el caos, pobreza y cosas raras existentes en ese lugar, es un verdadero mix de culturas, entre tailandeses y camboyanos. Corrupción, Estafas y “sinvergüenzura” por todos lados, precios locos, todos te quieren vender algo, te persiguen, te miran feo, es todo sucio, pobre y desordenado. Incluso, hasta las coimas son famosas en este lugar, ya que luego de caminar 2 km desde el terminal de sus a la oficina fronteriza, los policías de Camboya cobraban 3,5 dólares por hacer su trabajo. Debías de pagar 20 USD por la Visa a Camboya, más un ‘plus’, que al preguntar el ‘por qué???’ del cobro extra, ellos comenzaban a hablarte en su idioma o simplemente ‘No entendían el Inglés’. Pero como a mí no me iban a engañar tan fácilmente, pelee y pelee por mis dólares, hasta pagar lo correspondiente!.

Luego, de unas filas interminables bajo el calor húmedo de la frontera y junto a una manifestación del sindicato de no sé donde, gritando y gritando al lado del “sucucho” de inmigraciones, logramos obtener el permiso de entrada, pero ahora era tiempo de buscar bus hacia Siem Reap, hogar del majestuoso Angkor Wat.

Después de tomar un sus ‘gratuito‘ hacia la terminal de buses para turistas, la espera continuó, eran unos supuestos 10 minutos para partir, que se transformaron en 1:30 eternas horas, pero finalmente comenzó nuestro último trayecto de 3 horas, el reloj transcurría y marcando 4:30 hrs de bocinazos y curvas, era hora de bajar y pelear con los Tuk-Tuks.

Para tener una idea, todos comienzan con un precio altísimo, para ver si alguien cae, los primeros en ceder son los típicos ‘turistas paga-todo’, quienes viajan 2 o 3 semanas y no quieren preocupaciones, así que pagan cualquier precio. Mientras que al final, en cosa de minutos, somos los mochileros, los verdaderos viajeros, los que quedan transando precios y discutiendo por el valor justo.

Un viaje en Tuk-Tuk, alrededor de las 21:00 hrs muestra una ciudad llena de hoteles de lujo, calles alborotadas y desorden/suciedad por doquier. Pero en cosa de segundos, aparece la famosa PUB Street, colorida y aun más moderna que la última vez. Heart of AngkorWat, es el hostel que esperaba mi llegada. Feliz y cansado era hora de salir a recorrer las calles aledañas, en busca de una buena cena y una refrescante botella de agua fría para los característicos 27 grados de calor húmedo.

Comer, caminar y degustar de la ciudad por 3 hrs, fue lo mejor, pero era tiempo de dormir unas horas, ya que al día siguiente a las 04:30 am era la salida en Tuk-Tuk para ver el amanecer en el Angkor Wat (Templo-Ruinas de una ciudad. Al estilo Ruinas Mayas o Machu Pichu)

Desde las 05,00 a las 12,00 recorrí una serie de templos dentro del complejo, donde para verlo por completo son necesarios de 2 a 4 días. Es inimaginable lo imponente y detallista de cada templo en medio de la jungla, la mezcla de religiones expresadas en sus esculturas y piedras talladas, que caracterizan cada lugar.

Ya era hora de conocer aún más, por lo que fue un trayecto directo a las Aldeas Flotantes, donde mediante un paseo en bote, visitamos un lago donde existe una villa, en que sus casas están sobre bamboo y flotan a lo largo del lugar. Allí, es posible ver la pobreza de la zona, como también el negocio generado a consecuencia de ello. Compramos un par de dulces, a un valor estratosféricamente caro y los comenzamos a repartir entre los niños de una aparente escuela flotante (todo es supuesto, dado que es notorio el negocio y morbo que generan los tipos del lugar, para solo conseguir dinero)

En fin, luego de un día agotador, era tiempo de descansar y refrescarse, para esperar a la media noche y tomar un sleeping-bus (bus con camas de 160 grados, en vez de asientos), con destino Sihanoukville, Sur de Camboya.

Bueno, nuevamente no quiero transformarme en un aburrido. Así que te mando un enorme abrazo y saludo a la distancia. Realmente espero que todo este de maravillas y recuerda juntar agua! Ya que el fin del mundo se acerca! Jaja!

See you!!!

Rodrigo.

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