ACTUALIZADO 03 septiembre 2012 / Artículo por Bernardo Carignano
ACTUALIZADO 03 septiembre 2012 / Artículo por Bernardo Carignano
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Cerca de 40.000 jóvenes procedentes de todo el mundo libraron, la semana pasada, en Buñol, al este de España, la célebre batalla de la Tomatina, una fiesta popular convertida este año en un acto de catarsis colectiva para olvidar los efectos de la crisis a golpe de tomate.
Esta guerra a tomatazos que se inició hace 67 años como un juego de jóvenes del pueblo concita cada vez una mayor atención en todo el mundo.
Miles de jóvenes. Los participantes europeos y asiáticos ya son parte habitual de este cuadro de tonos rojos, que este año recibió a visitantes de Australia, Brasil, Argentina o Letonia, entre otros muchos.
Los preparativos de este ritual, que se celebra el último miércoles de agosto, comenzaron ayer al atardecer con un maratón de fiestas, bailes y conciertos prolongado hasta el alba por los contendientes.
Después una tregua en reposo latente; último acopio de fuerzas sobre el césped de los parques o en el interior de sacos de dormir extendidos en plena calle a la espera de los camiones cargados de 120 toneladas de tomates que situaron a Buñol en el mapa de los festejos de Interés Turístico Internacional hace diez años.
Los convocados a este acto de purificación tomatera soportaron el calor y la expectación de las horas previas entre los puestos de bebida, comida y ropa que surgen en las calles de este pueblo de la costa mediterránea, tomadas también por oportunistas vendedores de gafas de buceo: la protección oficial contra los ácidos del tomate.
El uniforme mayoritario, al menos entre los que conocen de qué va este asunto, lo componen camiseta blanca y pantalón corto o bañador escogido con previsión de un posterior uso para trapos o depósito en el contenedor más próximo.
Nota: me imagino que sería ideal, recibirse, e ir directo a la tomatina. Para los que no son argentinos, aquí se acostumbra que al recibirse de una carrera universitaria ( por ej. ), tus amigos ese día vayan y te ensucien con huevos, harina, tomate ( por que no? ), y tantas otras cosas. Ah, y si el que se recibe es hombre, muy probable te corten el pelo también.
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