A recorrer el mundo: La historia de Juan y Cecilia

Y seguimos agregando historias, de gente que viajó por el mundo (ver mas historias de otros viajeros), y lo quiere compartir con todos ustedes, para que se animen también a soñar, y darse cuenta, que no es para millonarios, ni para cierto tipo de gente en especial que por arte de magia nació con habilidades extraordinarias ja!, está al alcance de todos, solo depende ustedes.

En este caso les dejo la historia de dos argentinos, “Juan y Cecilia“, dos personas que dejaron todo y se largaron a la aventura de viajar sin fecha de regreso. Les dejo el relato, contado por ellos mismos, arrancaron por Irlanda, trabajando y recorriendo (ver Working Holiday Irlanda), recorrieron Europa, se fueron a Nueva Zelanda también, para después terminar su viaje en el Sudeste Asiático.

Después de haber sido rechazados en el primer intento de obtener la visa Working Holiday para Irlanda, y de tener tanta mala suerte de quedar afuera para la de Nueva Zelanda (ver Resumen de Aplicación 2018) también, decidimos colgar los botines e irnos a vivir juntos. Alquilamos departamento, lo amueblamos, etc.

Al año siguiente Juan recibe un mail de la embajada de Irlanda, cambiarían nuestros proyectos en un cien por ciento. Le explicaban que había quedado en lista de espera por el año anterior, y que podía aplicar ahora para obtener la visa de trabajo, de similares características a la de Nueva Zelanda (ver Working Holiday Nueva Zelanda).

Y los interrogantes aparecían por todos lados: ¿justo ahora que nos mudamos, con todo lo que eso implica? ya estamos grandes, después vamos a volver y ¿empezar de nuevo? ¿dejamos nuestros trabajos que tanto nos contó llegar a donde estábamos?

Pero los dos teníamos las mismas respuestas dándonos vuelta por la cabeza: ¿y por qué no? En definitiva, en nuestro caso, se trataba de querer, de animarse, de jugársela.
Y así fue y con todo. ¿Por qué no intentar con la de Nueva Zelanda también?. Nos íbamos con un combo: visa para Irlanda, visa para Nueva Zelanda y que sea lo que el viaje quiera.

El plan era uno solo: vivir en otros países donde pudiéramos trabajar para que nos permita seguir viajando. No había fechas, más que un pasaje de ida. No había planes de ir a determinados países, más que los que nos otorgaban visa.

Empezando por Dublin, Irlanda, donde prácticamente todo parecía cuesta arriba: de repente hablar inglés todo el día, hacer los trámites, conseguir un lugar para vivir, ni hablar de encontrar trabajo. Todo era complicado. Pero seguimos para adelante, caminamos la ciudad las veces que fue necesario, con CVs en mano. Y casi en simultáneo conseguimos trabajo los dos, ahora nos tocaba disfrutar de la encantadora ciudad que es Dublin, de sus siempre bien predispuestos habitantes y de sus pubs sobre todo!

Pero sabíamos que nuestra elección seguía siendo viajar, no nos fuimos de Argentina por una necesidad económica o profesional. Nos fuimos para viajar, no para instalarnos en otro lugar. Así que cargamos la mochila para caminar Europa, con el mismo plan de siempre: no había fechas, más que el pasaje ya para Nueva Zelanda, que habíamos comprado desde Irlanda también fruto del trabajo allí.

Una vez más, no había planes de tal o cual país. Todo lo íbamos planeando y buscando en el día a día. Disfrutando de viajar a las ciudades de las personas que se fueron convirtiendo en amigos a lo largo del viaje. Conociendo los lugares de la manera que más nos gusta, con gente local.

Como siempre, lo que más se disfruta, más rápido se pasa, aunque nos esperaba una nueva aventura, la fecha de viajar a Nueva Zelanda había llegado.

Después de casi dos días de volar, y que en cada escala que hiciéramos, no nos quisieran dejar abordar para el siguiente destino (en Roma decían que necesitábamos visa para Shanghai, en Shanghai que necesitábamos para Sydney y en Sydney perdimos el vuelo por tantas demoras en los anteriores), pisamos, finalmente, suelo kiwi (Nueva Zelanda)!

Que placer de país y de gente! todo nos fue muy fácil. Quizás por venir ya experimentados de Irlanda, quizás porque realmente son muy amigables los kiwis, o más probablemente por una combinación de las dos. A los diez días de haber llegado, ya teníamos casa, auto y trabajo.

La diferencia era enfrentarse ahora a trabajos en donde el físico se veía mucho más comprometido, trabajamos desde lo clásico como son los campos de kiwis, hasta en un tambo. Esto da para una historia aparte!

Ya casi cumplíamos un año de haber empezado el viaje, y la nostalgia por nuestro país se hacía cada vez más presente en nosotros. Así que después de conocer este maravilloso país, decidimos emprender el último viaje antes de volver para Argentina: Sudeste Asiático. Con la misma lógica de siempre: el plan de no tener plan. Dos meses caminando el Sudeste Asiático, y finalmente el reencuentro con nuestras familias y amigos en Argentina.

Ahora, empezando de vuelta, buscando trabajo, pero en nuestro país, pero felices de haber vivido esta experiencia, que no cambiamos por nada.

Y la canción que le da vida a nuestro video expresa justamente eso. Y me quiero despedir de todos ustedes con lo siguiente:

“No importa qué países visites, si son menos o más, si le das la vuelta al mundo o no, termina siendo anecdótico. Lo importante es animarse, tomar la decisión, juntar las fuerzas para romper con eso que nos da miedo, a lo que nos aferramos por motivos más que válidos (o no tanto), animarse a vivir esta experiencia y disfrutarla día a día”

Juan y Cecilia.

Saludos para todos!