
ACTUALIZADO 18 febrero 2025 / Artículo por YoMeAnimo!
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Nueva Zelanda tiene mucho más que sus paisajes increíbles y una cultura fascinante repleta de tradiciones. Es que este país es dueño de una envidiable gastronomía, que combina las tradiciones maoríes y la influencia británica. Esto da como resultado una gran cantidad de platos y recetas únicos, que no pueden dejar de probar en su visita.
En este artículo van a poder encontrar una lista con la comida típica de Nueva Zelanda, más precisamente con las 20 preparaciones más características de este país. Además, vamos a contarles cuáles son las opciones disponibles para emigrar a Canadá: desde la popular visa Working Holiday hasta otras alternativas para emigrar, como la visa de estudiante.
El hāngī no solo se trata de método de cocción, sino de una tradición que representa la conexión de los maoríes con la tierra. Para prepararlo, se hace un pozo donde se colocan piedras volcánicas previamente calentadas con fuego. Sobre ellas, se ponen carnes como pollo, cerdo y cordero, junto con vegetales como batata, calabaza y papas, todo envuelto en hojas o tela húmeda.
Una vez cubierto con tierra, el calor y el vapor cocinan los alimentos lentamente, lo que le aporta un sabor ahumado característico. Esa técnica suele utilizarse solo en celebraciones o eventos importantes.
Las whitebait fritters tiene como ingrediente principal el whitebait, un pequeño pez de agua dulce que es considerado un lujo en Nueva Zelanda debido a su escasez. Para preparar esta receta, los peces se mezclan con huevo batido y especias. Luego se introducen en una sartén con aceite y se fríen hasta quedar dorados y crujientes.
Este plato se sirve en forma de mini-tortillas, con un poco de limón, y es especialmente popular en la costa oeste de la Isla Sur.
La pavlova es el postre que más representa a Nueva Zelanda. Aunque su origen es disputado con Australia, el Oxford English Dictionary reconoce las primeras recetas en Nueva Zelanda durante la década de 1920. El nombre hace referencia a la bailarina rusa Anna Pavlova. Según el biógrafo de la artista, cuando ella estaba de gira en 1926, durante su paso por Nueva Zelanda, el chef del hotel donde se hospedaba inventó esta preparación para agasajarla.
La elaboración consiste en una base de merengue crujiente por fuera y esponjosa por dentro, cubierta con crema batida y frutas frescas como kiwi, fresas y maracuyá. De acuerdo a la tradición, se reserva para Navidad y otras celebraciones.
Las meat pies son un clásico que combina la cocina británica con la creatividad neozelandesa. Estas tartas individuales están rellenas de carne, generalmente de res, cerdo o cordero, y bañadas en una salsa rica y espesa que les otorga un sabor reconfortante. La masa, crujiente y mantecosa, sella perfectamente los jugos del relleno.
Aunque los rellenos tradicionales como carne molida y queso son los favoritos y más utilizados, algunas versiones gourmet incorporan ingredientes como venado, salmón, cordero con menta o incluso pollo al curry. Este plato puede encontrarse en casi cualquier panadería del país.
El fish and chips es uno de los platos más queridos de Nueva Zelanda. Aunque es originario de Reino Unidos, fue adoptado por los neozelandeses, que lo convirtieron en parte imprescindible de su cultura culinaria. Es muy común encontrarlo en zonas de playa.
Este sencillo pero delicioso combo consiste en pescado fresco, rebozado y frito, acompañado de papas fritas gruesas y crujientes. Suele acompañarse con pan blanco y salsa de tomate. Algunas variedades locales de pescado como el hoki o el tarakihi lo diferencian de su versión británica.
El hokey pokey es un gusto helado que simboliza a la perfección la infancia neozelandesa, aunque es el favorito de muchísimas generaciones. Se trata de helado de vainilla con trozos de caramelo de miel crujiente, lo que potencia la dulzura de este postre.
Su popularidad hace que esté disponible en la gran mayoría de supermercados y heladerías de Nueva Zelanda. Algunos lugares como Giapo, en Auckland, ofrecen versiones más sofisticadas, aunque la esencia siempre se mantiene.
Las ostras Bluff, recolectadas en el estrecho de Foveaux cerca del pueblo de Bluff, solo están disponibles entre marzo y agosto, lo que las convierte en un manjar exclusivo. Se consideran como una de las mejores ostras del mundo e incluso tienen sus propios festivales locales, como el Bluff Oyster Festival.
En cuanto a la manera de comerlas, existen diferentes maneras. Pueden disfrutarse crudas, con solo un poco de limón, o también cocinadas un poco al vapor. Se pueden encontrar tanto en restaurantes gourmet como en puestos locales, especialmente en zonas costeras.
La kiwi burger sería el equivalente neozelandés a la clásica hamburguesa americana, pero con ingredientes que representan a Nueva Zelanda. Además de la carne de res, lechuga y queso, esta versión incluye un huevo frito y remolacha, el gran distintivo de esta preparación.
Está disponible en la gran mayoría de los pubs y restaurantes de comida rápida de Nueva Zelanda. Sin ir más lejos, es una de las opciones que ofrecen todas las sucursales de McDonald’s en Nueva Zelanda.
La kūmara, o batata, es un alimento básico en la dieta maorí desde que fue llevada a Nueva Zelanda por los primeros polinesios hace más de 800 años. Existen muchas variedades locales, como la roja, la dorada y la púrpura, cada una de ellas con un nivel de dulzura y textura particular. Se utiliza en guisos, ensaladas, sopas o simplemente asada como acompañamiento de carnes.
Manuka honey es una miel que se produce a partir del néctar del árbol de manuka, que crece en regiones específicas de Nueva Zelanda. Es conocida por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, además de otros beneficios para la salud. Incluso se utiliza para curar heridas, infecciones cutáneas, quemaduras y alergias.
Se destaca por su sabor intenso y dulce, además de una textura cremosa. En la gastronomía, puede encontrarse como aderezo para glasear carnes o en diferentes tipos de postres como tartas, galletas y helados. También puede combinarse con infusiones calientes como el té, acompañarse con tostadas para el desayuno e incluso formar parte de salsas y dips.
El lolly cake es un postre típico de las celebraciones infantiles en Nueva Zelanda. Se prepara mezclando galletas trituradas (generalmente Malt Biscuits o galletas similares de malta), manteca derretida, leche condensada y marshmallows (malvaviscos) de colores (llamados “lollies” en inglés neozelandés).
Con todo eso se forma un rollo que se cubre con coco rallado antes de llevarlo a la heladera para que tome consistencia. Luego se sirve en rodajas, que son ideales para acompañar té, café y otras infusiones.
Los mejillones de labios verdes son un producto marino emblemático de Nueva Zelanda, fácilmente reconocibles por el característico borde verde. Estos mariscos no solo son populares por su sabor y su frescura, sino también por sus beneficios nutricionales, dado que son ricos en omega-3, vitaminas, minerales y antioxiadantes. Además, tienen propiedades antiinflamatorias.
Se encuentran principalmente en la región de Marlborough y se sirven al vapor, en salsas de hierbas o en guisos. También se pueden azar a la parrilla con manteca de ajo o incorporar a ensaladas frescas. En tanto, son populares en recetas gourmet de los mejores restaurantes del país.
El rēwena bread es un pan maorí que utiliza un fermento hecho a base de papas conocido como “bug”. Se trata de un fermento transmitido de generación en generación que le otorga al pan un sabor ligeramente dulce que lo distingue de otros panes de masa madre.
Esta preparación es ideal para untar con manteca, miel o mermelada, así como también para acompañar sopas y guisos tradicionales. Puede encontrarse tanto en hogares como en panaderías artesanales y mercados locales.
El boil-up es un plato tradicional maorí que combina carne, vegetales y dumplings de harina llamados “doughboys”. Se cocina todo junto en una olla grande para que se genere un caldo espeso. Los ingredientes tradicionales son cerdo, kūmara, maíz y puha, una verdura amarga típica de Nueva Zelanda.
El fairy bread (pan de hadas) es un clásico en las fiestas infantiles de Nueva Zelanda. Se prepara untando manteca en una rebanada de pan blanco y cubriéndola con “hundreds and thousands”, pequeñas chispitas de colores que le dan un aspecto divertido.
La crayfish, conocida en español como langosta de río, se disfruta mejor en las regiones costeras, aunque especialmente en la pequeña localidad de Kaikōura, cuyo nombre en maorí significa “comer langosta“. A diferencia de las langostas americanas, la crayfish neozelandesa no tiene grandes pinzas.
Este crustáceo es jugoso y tiene un sabor ligeramente dulce. Se sirve a menudo con manteca de ajo o simplemente asada. También puede hervirse al vapor o utilizarse para hacer piezas de sushi, e incluso comerse cruda al estilo sashimi. Debido a su elevado precio, suele considerarse un plato para ocasiones especiales.
Las Anzac biscuits son galletas asociadas con el Cuerpo de Ejército de Australia y Nueva Zelanda (ANZAC), creadas durante la Primera Guerra Mundial. Hechas con avena, coco rallado y jarabe de oro, pueden conservarse muy bien durante largos períodos de tiempo, por lo que eran ideales para ser enviadas a los soldados en el frente durante ese conflicto bélico.
Para prepararlas, se necesitan ingredientes secos como avena, harina, azúcar y coco desecado. Hay que derretir mantequilla con jarabe y combinar con una mezcla de bicarbonato y agua caliente. Luego mezclar todo para formar una masa, que luego hay que separar en forma de galletas y ponerlas en una bandeja para hornear hasta que estén doradas.
El colonial goose es uno de los platos más representativos de los colonos británicos que llegaron a Nueva Zelanda en el siglo XIX. Aunque su nombre sugiere que se trata de ganso, el plato realmente utiliza pierna de cordero, dado que este tipo de carne abunda mucho más en tierras neozelandesas.
Este corte se marina en vino tinto o vinagre de malta, lo que le otorga un sabor intenso y ligeramente ácido. Luego se rellena con una mezcla de pan rallado, cebolla, hierbas frescas como tomillo y romero, y a menudo ciruelas pasas para agregar un toque dulce. La pierna se cose o se ata con hilo para mantener el relleno en su lugar antes de ser asada lentamente. Es ideal para festividades como Navidad, Año Nuevo y cenas especiales.
El venado salvaje (wild venison) es una de las carnes más exclusivas y apreciadas en Nueva Zelanda. Este animal abunda en este país gracias a las extensas áreas de pastizales y bosques. A diferencia del venado de granja, este se caracteriza por su carne magra, con un sabor más intenso y terroso, debido a su dieta natural basada en hierbas, arbustos y bayas.
La caza del venado es una práctica regulada que contribuye al control poblacional y a la protección de los ecosistemas locales, ya que estos animales son considerados una especie invasora. En la cocina, esta carne se utiliza para una amplia variedad de platos que van desde estofados y asados hasta carpaccios y hamburguesas gourmet. Es altamente nutritiva, rica en proteínas y baja en grasas, lo que la convierte en una opción saludable.
El roast lamb (cordero asado) es uno de los platos más emblemáticos de Nueva Zelanda, que es uno de los mayores exportadores de cordero en el mundo. Se prepara tradicionalmente marinando una pierna o paleta de cordero en una mezcla de ajo, romero, aceite de oliva y a veces limón. Luego, se asa lentamente al horno para obtener una textura tierna y jugosa, con un exterior ligeramente dorado y caramelizado.
La visa Working Holiday Nueva Zelanda es una de las opciones más populares para quienes desean vivir y trabajar temporalmente en este país. Este visado permite residir hasta 12 meses y, además, estudiar por un período de hasta seis meses. También habilita para realizar trabajos temporales durante la estadía. En el caso de los ciudadanos chilenos, tienen la ventaja de postular en cualquier momento del año, aunque con la restricción de no trabajar más de seis meses para el mismo empleador.
Para aplicar, es necesario cumplir con ciertos requisitos básicos. Entre ellos: contar con un pasaporte válido, tener entre 18 y 35 años (aunque algunas nacionalidades tienen un límite de 30 años), abonar una tarifa de NZD 770 (USD 447.91) y demostrar solvencia económica con un mínimo de NZD 4.200 (USD 2,443.14).
Si desean permanecer en Nueva Zelanda por un período más largo para trabajar, deberán obtener una Work Visa. Para esto, es imprescindible encontrar un empleador dispuesto a contratarlos más allá del tiempo permitido por la Working Holiday. Existen tres tipos principales de Work Visa:
La visa adecuada dependerá del tipo de empleo que deseen obtener. Nueva Zelanda cuenta con dos listas específicas que destacan las profesiones más requeridas en el país: una para roles de demanda inmediata y otra para aquellos con una necesidad a largo plazo. Si la profesión de la persona no está incluida en estas listas, deberá optar por la Essential Skills Work Visa.
Optar por una visa de estudiante en Nueva Zelanda brinda la oportunidad de no solo perfeccionar el idioma inglés, sino también de trabajar part-time, con un máximo de 20 horas semanales. Esto les permitirá cubrir sus gastos mientras estudian e incluso ahorrar algo de dinero.
Este programa les autoriza a permanecer en el país durante la duración del curso, que debe tener una extensión mínima de 14 semanas y máxima de un año. Además, podrán quedarse hasta cuatro semanas adicionales luego de finalizar el programa académico.
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